Según lo publicó el Diario español El País, “en mayo pasado Grecia tomó una decisión drástica al acabar de un plumazo con 679 municipios. Solo sobrevivirán los Ayuntamientos que tengan al menos 10,000 almas sobre las que mandar y a las que servir. El ahorro estimado de la medida –que implica compartir servicios- se calcula en 1,185 millones de euros.”
El mismo medio de comunicación explica que ya existen antecedentes de estas fusiones en Dinamarca y Japón y que numerosos expertos en el sector público coinciden con esta propuesta para eficientar los recursos públicos. “En Cataluña, hace nueve años, el entonces consejero de Gobernación Josep Antoni Duran Lleida, encargó a un equipo de expertos dirigidos por Miquel Roca, un informe de base para revisar la organización territorial de Cataluña. El informe Roca propuso como medida imprescindible, entre otras, la eliminación de 250 habitantes, respetando su identidad. Fue un terremoto” apunta El País, pues nadie quiere pagar el costo político que la supresión implica.
En México según el Conteo de Población y Vivienda más reciente, realizado por el INEGI en 2005, existen un total de 2,454 municipios, de los cuales 1,127 Ayuntamientos tienen menos de 10,000 habitantes. Esto significa que si se aplicaran las medidas griegas desaparecería el 46% de los municipios que se fusionarían o integrarían a los restantes 1,327 que tienen más población.
En el caso del estado de Puebla que actualmente cuenta con 217 municipios, si aplicamos “la griega” se fusionarían 113 Ayuntamientos para quedarnos únicamente con 104 municipios que tendrían más de 10,000 habitantes y así se haría más eficiente la prestación de los servicios públicos y se haría más eficiente el gasto público al desparecer también una estructura burocrática de presidentes municipales, regidores, síndicos, secretarios, burócratas y hasta coyotes. Permitiría una mejor supervisión y control del gasto por el Congreso Local y concentraría más los esfuerzos de toda índole. Sin embargo el costo político por el que toda iniciativa se frena en este país (y hasta en Europa -como lo explica el artículo de El País-) hacen poco atractiva para los políticos esta medida.
Recientemente la propuesta de la policía única y la consecuente desaparición de las 2454 policías municipales fue rechazada a priori, sin embargo tiempo después ya es aceptada y va en camino de formalizarse en el corto plazo. Estoy convencido que la fusión municipal puede tomar un derrotero similar, si se realiza y se convence de sus beneficios. Es más, será una condición necesaria para alcanzar el desarrollo.
El municipio se debe concebir como la unidad política local que permita por un lado prestar servicios públicos eficientemente y ser un detonador de las características propias que lo impulsen a las redes globalizadoras.
La modernización del Estado Mexicano emprendida durante este sexenio y el anterior ha planteado la necesidad de modificar su estructura constitucional y legislativa, advirtiéndose en este esfuerzo una mayor tendencia democratizadora y como consecuencia la búsqueda del Bien Común. La sociedad civil también demanda mejores políticas públicas que nos permitan hacer las cosas de otra manera, romper los vicios, hacer las cosas diferentes para tener resultados distintos.
Propongo que el próximo Congreso Local en Puebla al igual que en Cataluña, la Comunidad Valenciana, Dinamarca, Japón o Grecia consideren la posibilidad de fusionar los municipios poblanos con menos habitantes. No se puede concebir que el municipio de La Magdalena Tlatlauquitepec con únicamente 426 habitantes pueda ser eficiente en la prestación de los servicios públicos a sus pobladores. De eso se trata, de romper esquemas del pasado, de ir más allá y hacer a Puebla diferente, para recuperar el rumbo perdido.
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