El pasado jueves 8 de abril, un comando armado asaltó la tesorería de la Secretaria de Administración y Finanzas del gobierno del estado de Puebla, llevándose 37 millones de pesos y donde fue asesinado el policía estatal Roberto Luna Nazario.
El hecho ha generado muchas suspicacias en la opinión pública. Pero vamos por partes.
El dinero no era producto de lo recaudado en las cajas de finanzas, era dinero que el proveedor de transportación de valores acababa de entregar a petición del tesorero. ¿Para qué se necesita tanto dinero en efectivo? Hoy en día la nómina se paga mediante depósitos en cuentas bancarias vía electrónica. A los proveedores y contratistas se les paga con cheque y el no hacerlo sería una violación a la normatividad. Entonces es ilógico que el tesorero pida que le entreguen semejante cantidad de dinero en jueves, ¿se lo iban a gastar todo el viernes o el fin de semana? ¿En qué se lo iban a gastar?
La entrada principal de la Secretaria de Finanzas se ubica en la 11 oriente entre la 20 y 24 sur y la Dirección General de Seguridad Pública del Estado de Puebla se encuentra en la 9 oriente esquina con 16 sur. Con la maravillosa herramienta del Google Earth podemos saber la distancia que existe entre las puertas de ambos edificios: en línea recta son exactamente 543 metros y 71 centímetros; midiéndolo caminando por las banquetas la distancia es de 609 metros con 30 centímetros. ¿Cómo es posible que no pudieron llegar a tiempo los policías estatales a impedir o a perseguir a los rateros y asesinos, si la distancia es tan corta?
¿Es frecuente que se reciban esas cuantiosas sumas de dinero en la tesorería y para que se usan? ¿Si van a manejar tanto dinero no refuerzan la vigilancia? ¿Por qué a los usuarios que van a pagar el predial o a tramitar algún asunto les revisan hasta las bolsas de mano y a los maleantes los dejan pasar como si nada? ¿A qué hora se registró el llamado de auxilio a la policía o al teléfono de emergencias 060 y cuanto tiempo tardaron en llegar? ¿Dónde estaba el helicóptero que sobrevuela la ciudad con policías apuntando sus armas de grueso calibre hacia la población? ¿Por qué Gerardo Pérez Salazar, secretario de finanzas del estado no ha salido a dar la cara y a responder tantas dudas?
¿Sirvió de algo que el gobierno de Mario Marín nos obligara a cambiar las placas de los autos y cobrarnos el reemplacamiento para poner chips inteligentes que pudieran detectar a los automóviles en puertas electrónicas ubicadas en puntos estratégicos como la salida a las carreteras? ¿Funciona el sistema?
Pero las suspicacias toman una especial relevancia cuando estamos en pleno proceso electoral y de acuerdo a las encuestas más recientes el partido de Marín y sus candidatos: el PRI; está en riesgo de perder las elecciones.
En el imaginario popular igual que con muchos otros casos de impartición de justicia, el pueblo ya tiene un veredicto. Como sucedió en el lamentable caso de la niña Paulette que primero desapareció y después se encontró muerta en una bolsa de plástico al pie de su cama, el pueblo juzga y dicta sentencias. En este caso del robo de 37 millones de pesos a la Secretaria de Finanzas del estado y posterior asesinato del policía en servicio, el sentir popular es que fue un autorrobo y que el dinero lo usarán en las campañas electorales. No se requiere ser oráculo o miembro de la oposición para denostar con estos argumentos a Marín, a su gobierno, a López Zavala, a Mario Montero; el pueblo lo dice de boca en boca: fue un autorrobo.
Haga usted cuentas un tanque rotoplas de 450 litros al mayoreo se puede conseguir por $800.00; eso quiere decir que lo robado alcanza para comprar 43,750 tanques. Así o más claro imagine usted el uso clientelar de lo robado.
Que no nos quieran dorar la píldora con el arresto de un supervisor de la empresa de seguridad privada que transportó el dinero y que es el único detenido hasta el momento. Lo importante es hacer justicia, castigar a los culpables del asesinato, pero también a los autores intelectuales y que se encuentre lo robado y se reintegre a las arcas, pues es dinero del pueblo.
Hay muchas dudas, muchas suspicacias, el asunto huele mal y ya los conocemos, luego lo niegan todo como el ya clásico: si es mi voz pero no es mi voz. No recuerdo otro robo tan cuantioso en Puebla, otro lamentable record. Urge un cambio.
*Consejero Nacional del PAN
El hecho ha generado muchas suspicacias en la opinión pública. Pero vamos por partes.
El dinero no era producto de lo recaudado en las cajas de finanzas, era dinero que el proveedor de transportación de valores acababa de entregar a petición del tesorero. ¿Para qué se necesita tanto dinero en efectivo? Hoy en día la nómina se paga mediante depósitos en cuentas bancarias vía electrónica. A los proveedores y contratistas se les paga con cheque y el no hacerlo sería una violación a la normatividad. Entonces es ilógico que el tesorero pida que le entreguen semejante cantidad de dinero en jueves, ¿se lo iban a gastar todo el viernes o el fin de semana? ¿En qué se lo iban a gastar?
La entrada principal de la Secretaria de Finanzas se ubica en la 11 oriente entre la 20 y 24 sur y la Dirección General de Seguridad Pública del Estado de Puebla se encuentra en la 9 oriente esquina con 16 sur. Con la maravillosa herramienta del Google Earth podemos saber la distancia que existe entre las puertas de ambos edificios: en línea recta son exactamente 543 metros y 71 centímetros; midiéndolo caminando por las banquetas la distancia es de 609 metros con 30 centímetros. ¿Cómo es posible que no pudieron llegar a tiempo los policías estatales a impedir o a perseguir a los rateros y asesinos, si la distancia es tan corta?
¿Es frecuente que se reciban esas cuantiosas sumas de dinero en la tesorería y para que se usan? ¿Si van a manejar tanto dinero no refuerzan la vigilancia? ¿Por qué a los usuarios que van a pagar el predial o a tramitar algún asunto les revisan hasta las bolsas de mano y a los maleantes los dejan pasar como si nada? ¿A qué hora se registró el llamado de auxilio a la policía o al teléfono de emergencias 060 y cuanto tiempo tardaron en llegar? ¿Dónde estaba el helicóptero que sobrevuela la ciudad con policías apuntando sus armas de grueso calibre hacia la población? ¿Por qué Gerardo Pérez Salazar, secretario de finanzas del estado no ha salido a dar la cara y a responder tantas dudas?
¿Sirvió de algo que el gobierno de Mario Marín nos obligara a cambiar las placas de los autos y cobrarnos el reemplacamiento para poner chips inteligentes que pudieran detectar a los automóviles en puertas electrónicas ubicadas en puntos estratégicos como la salida a las carreteras? ¿Funciona el sistema?
Pero las suspicacias toman una especial relevancia cuando estamos en pleno proceso electoral y de acuerdo a las encuestas más recientes el partido de Marín y sus candidatos: el PRI; está en riesgo de perder las elecciones.
En el imaginario popular igual que con muchos otros casos de impartición de justicia, el pueblo ya tiene un veredicto. Como sucedió en el lamentable caso de la niña Paulette que primero desapareció y después se encontró muerta en una bolsa de plástico al pie de su cama, el pueblo juzga y dicta sentencias. En este caso del robo de 37 millones de pesos a la Secretaria de Finanzas del estado y posterior asesinato del policía en servicio, el sentir popular es que fue un autorrobo y que el dinero lo usarán en las campañas electorales. No se requiere ser oráculo o miembro de la oposición para denostar con estos argumentos a Marín, a su gobierno, a López Zavala, a Mario Montero; el pueblo lo dice de boca en boca: fue un autorrobo.
Haga usted cuentas un tanque rotoplas de 450 litros al mayoreo se puede conseguir por $800.00; eso quiere decir que lo robado alcanza para comprar 43,750 tanques. Así o más claro imagine usted el uso clientelar de lo robado.
Que no nos quieran dorar la píldora con el arresto de un supervisor de la empresa de seguridad privada que transportó el dinero y que es el único detenido hasta el momento. Lo importante es hacer justicia, castigar a los culpables del asesinato, pero también a los autores intelectuales y que se encuentre lo robado y se reintegre a las arcas, pues es dinero del pueblo.
Hay muchas dudas, muchas suspicacias, el asunto huele mal y ya los conocemos, luego lo niegan todo como el ya clásico: si es mi voz pero no es mi voz. No recuerdo otro robo tan cuantioso en Puebla, otro lamentable record. Urge un cambio.
*Consejero Nacional del PAN
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