El próximo 15 de abril, el Gobierno Federal definirá la entidad donde se instalará la Nueva Refinería en México que producirá alrededor de 142 mil barriles diarios de gasolinas (equivalente a un tercio de la producción diaria nacional actual); 82 mil barriles diarios de diesel (equivalente al 25% de la producción diaria actual) y 12 mil barriles diarios de turbosina.
Nuestro país cuenta con seis refinerías ubicadas en Tula, Hidalgo; Salamanca, Guanajuato; Cadereyta, Nuevo León; Ciudad Madero, Tamaulipas; Salina Cruz, Oaxaca y Minatitlán, Veracruz que producen cerca de 3 millones de barriles diarios de petróleo.
En la conmemoración del 71 Aniversario de la Expropiación Petrolera, el Presidente Calderón convocó a 10 estados de la República a presentar sus proyectos técnicos y económicos para la instalación de este macro proyecto, el cual contribuirá a reactivar la economía y a generar empleos.
El evento tuvo lugar en el municipio de Venustiano Carranza, Puebla, entidad no contemplada originalmente dentro de los estados concursantes, porque al gobernador Marín no se le había ocurrido proponerla, a pesar de las ventajas que aporta el complejo petroquímico Independencia localizado en San Martín Texmelucan, o la riqueza petrolera del propio territorio de V. Carranza donde recientemente se reinició la exploración de los yacimientos de Chicontepec, que equivalen al 39 por ciento de la reserva total de hidrocarburos, que en volumen representa un total de 17 mil 700 millones de barriles de petróleo crudo.
Empresas internacionales certificaron a México la existencia de 139 mil millones de barriles de petróleo en esta zona donde se requieren perforar alrededor de 15 mil pozos en los próximos 15 años, -un promedio de mil por año-, cantidad 50% mayor a los 675 pozos anuales promedio, que se perforan en todas las cuencas del país.
Sin embargo, Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción advirtió que sólo podrán extraerse 18 mil millones de barriles de petróleo y gas en los próximos 30 años, es decir el 13 por ciento de lo que hay, debido a que no existe tecnología para sacar los hidrocarburos de las miles de pequeñas cavernas que conforman los yacimientos de Chicontepec. Se estima que para el año 2040 México podría desarrollar la infraestructura para extraer la riqueza.
Como dato comparativo, el mayor yacimiento petrolero mexicano en la historia había sido Cantarell, con una reserva original de 36 mil millones de barriles. Chicontepec tiene 3.8 veces lo que Cantarell. Este hallazgo colocaría a México en un tercer lugar entre los países petroleros del mundo, sólo después de Arabia Saudita y de Canadá, y por encima de Irán e Irak.
De este tamaño es el hallazgo y al gobernador ni le había parecido conveniente presentar una propuesta valuada en 12 mil millones de pesos y que -se estima- generará al menos entre 22 mil y 32 mil empleos directos e indirecto, ni la presentó adecuadamente el viernes pasado ante autoridades federales, porque sugirió la zona de La Célula en el municipio de Oriental, habiendo opciones mucho más adecuadas dentro del propio territorio poblano para competir por la refinería.
De hecho, fue a propuesta de los diputados locales panistas, que el Congreso del Estado aprobó un punto de acuerdo para sugerir a Puebla como opción para la instalación de esta industria y por eso quedó incluida.
Una región con grandes ventajas para atraer este proyecto es el complejo petroquímico Independencia localizado en San Martín Texmelucan. Incluso un estudio elaborado por el Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos capítulo Puebla, concluyó que sólo hay dos lugares en territorio poblano factibles para llevar a cabo la construcción de la nueva refinería: Chicontepec y Texmelucan.
De acuerdo al IMIQ la construcción de la refinería en San Martín, tendría un costo de 2 mil 400 millones de dólares y cuenta con 400 hectáreas disponibles para la instalación; además es un centro sísmico de baja intensidad, está cerca de los oleoductos que trasportarán el crudo desde Chicontepec y cuenta con mano de obra calificada.
El diputado federal panista Apolonio Méndez Meneses, -primer impulsor de la propuesta poblana- realizó un estudio donde expone las ventajas de Texmelucan como es la cercanía con la Ciudad de México, la cual consume la mayor cantidad de combustible del país; la facilidad para alimentar la nueva refinería al instalar un ducto desde la petroquímica Independencia, cerca de la cual pasa la línea que abastece las refinerías de Tula y Salamanca y la disponibilidad existente de equipos de bombeo y líneas de conducción al DF.
Texmelucan cuenta con 106 hectáreas de superficie con opción de adquirir otras aledañas (campos de cultivo); hay 12 pozos para suministro de agua y servicios auxiliares así como accesos por la carretera federal México-Puebla. Estas características significarían un ahorro para PEMEX porque permitirían disminuir de un 30 a un 35 por ciento el costo de la inversión
Esta refinería es muy importante y necesaria para México, de hecho ya vamos tarde pues desde hace años se debió de invertir en ésta y en otras 2 ó 3, para no estar importando más del 40 por ciento de la gasolina y del diesel que hoy consumimos.
Marín deja mucho que desear en comparación con gobernadores –también priístas- que han mostrado arrojo e interés para atraer este detonador de desarrollo, solo vean la campaña desarrollada por los gobiernos de Veracruz y Tabasco. Quizá por esta falta de pericia y proyección se explica que no lleguen nuevas inversiones extranjeras a Puebla. Si con esa debilidad promueve al estado a nivel nacional, ¿qué hará cuando sale de gira a otros países?
Por la falta de visión y conocimiento de esta administración estatal, está en riesgo una gran oportunidad. Marín no sólo llega tarde al concurso de entidades sino se aferra a una opción inviable como La Célula, distante de la zona de influencia, e insuficiente en terrenos para el proyecto planteado.
Puebla tendría un gran crecimiento, ingreso y empleo si la refinería se construyera en nuestro estado, pero al parecer, un proyecto sustentado y viable no fue la opción del gobernador Marín quien tendrá que rendirle cuentas a los poblanos por haber perdido una relevante oportunidad de desarrollo.
Nuestro país cuenta con seis refinerías ubicadas en Tula, Hidalgo; Salamanca, Guanajuato; Cadereyta, Nuevo León; Ciudad Madero, Tamaulipas; Salina Cruz, Oaxaca y Minatitlán, Veracruz que producen cerca de 3 millones de barriles diarios de petróleo.
En la conmemoración del 71 Aniversario de la Expropiación Petrolera, el Presidente Calderón convocó a 10 estados de la República a presentar sus proyectos técnicos y económicos para la instalación de este macro proyecto, el cual contribuirá a reactivar la economía y a generar empleos.
El evento tuvo lugar en el municipio de Venustiano Carranza, Puebla, entidad no contemplada originalmente dentro de los estados concursantes, porque al gobernador Marín no se le había ocurrido proponerla, a pesar de las ventajas que aporta el complejo petroquímico Independencia localizado en San Martín Texmelucan, o la riqueza petrolera del propio territorio de V. Carranza donde recientemente se reinició la exploración de los yacimientos de Chicontepec, que equivalen al 39 por ciento de la reserva total de hidrocarburos, que en volumen representa un total de 17 mil 700 millones de barriles de petróleo crudo.
Empresas internacionales certificaron a México la existencia de 139 mil millones de barriles de petróleo en esta zona donde se requieren perforar alrededor de 15 mil pozos en los próximos 15 años, -un promedio de mil por año-, cantidad 50% mayor a los 675 pozos anuales promedio, que se perforan en todas las cuencas del país.
Sin embargo, Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción advirtió que sólo podrán extraerse 18 mil millones de barriles de petróleo y gas en los próximos 30 años, es decir el 13 por ciento de lo que hay, debido a que no existe tecnología para sacar los hidrocarburos de las miles de pequeñas cavernas que conforman los yacimientos de Chicontepec. Se estima que para el año 2040 México podría desarrollar la infraestructura para extraer la riqueza.
Como dato comparativo, el mayor yacimiento petrolero mexicano en la historia había sido Cantarell, con una reserva original de 36 mil millones de barriles. Chicontepec tiene 3.8 veces lo que Cantarell. Este hallazgo colocaría a México en un tercer lugar entre los países petroleros del mundo, sólo después de Arabia Saudita y de Canadá, y por encima de Irán e Irak.
De este tamaño es el hallazgo y al gobernador ni le había parecido conveniente presentar una propuesta valuada en 12 mil millones de pesos y que -se estima- generará al menos entre 22 mil y 32 mil empleos directos e indirecto, ni la presentó adecuadamente el viernes pasado ante autoridades federales, porque sugirió la zona de La Célula en el municipio de Oriental, habiendo opciones mucho más adecuadas dentro del propio territorio poblano para competir por la refinería.
De hecho, fue a propuesta de los diputados locales panistas, que el Congreso del Estado aprobó un punto de acuerdo para sugerir a Puebla como opción para la instalación de esta industria y por eso quedó incluida.
Una región con grandes ventajas para atraer este proyecto es el complejo petroquímico Independencia localizado en San Martín Texmelucan. Incluso un estudio elaborado por el Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos capítulo Puebla, concluyó que sólo hay dos lugares en territorio poblano factibles para llevar a cabo la construcción de la nueva refinería: Chicontepec y Texmelucan.
De acuerdo al IMIQ la construcción de la refinería en San Martín, tendría un costo de 2 mil 400 millones de dólares y cuenta con 400 hectáreas disponibles para la instalación; además es un centro sísmico de baja intensidad, está cerca de los oleoductos que trasportarán el crudo desde Chicontepec y cuenta con mano de obra calificada.
El diputado federal panista Apolonio Méndez Meneses, -primer impulsor de la propuesta poblana- realizó un estudio donde expone las ventajas de Texmelucan como es la cercanía con la Ciudad de México, la cual consume la mayor cantidad de combustible del país; la facilidad para alimentar la nueva refinería al instalar un ducto desde la petroquímica Independencia, cerca de la cual pasa la línea que abastece las refinerías de Tula y Salamanca y la disponibilidad existente de equipos de bombeo y líneas de conducción al DF.
Texmelucan cuenta con 106 hectáreas de superficie con opción de adquirir otras aledañas (campos de cultivo); hay 12 pozos para suministro de agua y servicios auxiliares así como accesos por la carretera federal México-Puebla. Estas características significarían un ahorro para PEMEX porque permitirían disminuir de un 30 a un 35 por ciento el costo de la inversión
Esta refinería es muy importante y necesaria para México, de hecho ya vamos tarde pues desde hace años se debió de invertir en ésta y en otras 2 ó 3, para no estar importando más del 40 por ciento de la gasolina y del diesel que hoy consumimos.
Marín deja mucho que desear en comparación con gobernadores –también priístas- que han mostrado arrojo e interés para atraer este detonador de desarrollo, solo vean la campaña desarrollada por los gobiernos de Veracruz y Tabasco. Quizá por esta falta de pericia y proyección se explica que no lleguen nuevas inversiones extranjeras a Puebla. Si con esa debilidad promueve al estado a nivel nacional, ¿qué hará cuando sale de gira a otros países?
Por la falta de visión y conocimiento de esta administración estatal, está en riesgo una gran oportunidad. Marín no sólo llega tarde al concurso de entidades sino se aferra a una opción inviable como La Célula, distante de la zona de influencia, e insuficiente en terrenos para el proyecto planteado.
Puebla tendría un gran crecimiento, ingreso y empleo si la refinería se construyera en nuestro estado, pero al parecer, un proyecto sustentado y viable no fue la opción del gobernador Marín quien tendrá que rendirle cuentas a los poblanos por haber perdido una relevante oportunidad de desarrollo.
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