Rindió su informe Mario Marín, gobernador de Puebla. Fue el número cuatro de su administración, como también fue cuatro el que intentó poner a los poblanos al ocultar los rezagos prevalecientes en nuestro estado, que pudieran ser considerablemente menores si se emplearan los recursos con eficacia y transparencia.
Si bien en las últimas semanas nos llenaron de anuncios publicitarios y espectaculares con fotomontajes donde aparece el gobernador abrazando ancianitas, inaugurando pupitres, puentes, etc., –aprovechando los 13 días permitidos por ley para la difusión del trabajo de los funcionarios que rinden su informe -, hay un estancamiento en el desarrollo de la entidad a pesar del incremento de los 3 presupuestos federales (mas de 42 mil millones de pesos en 2008) conseguidos por los diputados federales y los jugosos excedentes petroleros recibidos este año. Sin embargo, las estadísticas y la realidad palpable, no reflejan su ejercicio.
De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad, Puebla ocupó el lugar 26 de 32 estados en esta materia de competitividad y en el resto de los índices evaluados, se mantiene en los peores lugares, a pesar de ser una de las cinco entidades más pobladas del país. Veamos algunos ejemplos: es el último lugar de todo el país respecto a tener un sistema de derecho confiable y objetivo; ocupa el lugar 27 en el rubro sociedad incluyente, preparada y sana; el 25 en gobiernos eficientes y eficaces, el 24 en mercados de factores eficientes, el 23 en sistema político estable y funcional y en sectores precursores de clase mundial. En cuanto al manejo sustentable del medio ambiente estamos en el lugar 17 y en los que mejor salimos es en economía estable y dinámica con el octavo lugar, que en buena parte se debe a la empresa Volkswagen que emplea a 16 mil personas aquí en Puebla.
La perspectiva de atracción de inversiones también disminuye ante la poca seriedad en el manejo de macro proyectos, la discrecionalidad en el manejo de recursos públicos, el ocultamiento de información pública, la falta de visión y la impronta del escándalo que no puede sacudirse el “gober precioso”. Es el caso del Centro Expositor donde el gobierno ha mostrando incapacidad de planeación y ejecución al retrasar primero el proceso de licitación, después presentar importantes retrasos en la construcción y modificar el monto de la obra de 800 mdp a 1018 mdp (el estudio original de factibilidad valuó en 550 mdp), lo cual genera muchas suspicacias.
Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), Puebla es el séptimo estado más marginado.
Los datos son alarmantes. El porcentaje de la población analfabeta de 15 años o más es del 12.7 por ciento, superado únicamente por estados como Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Veracruz; el 29 por ciento de la población no tiene primaria completa, cifra que está por encima del promedio nacional; el porcentaje de ocupantes en vivienda sin agua entubada es de 14.03 por ciento, cifra que contrasta con el promedio nacional de 10.14 por ciento; el porcentaje de la población ocupada con ingreso de hasta 2 salarios mínimos que es de 61.34 por ciento y que al compararlo con 45.30 por ciento del país, da cuenta del importante diferencial. En este aspecto económico, que se relaciona con el bienestar de las familias, Puebla está en una situación mas baja incluso que estados como Campeche, Michoacán, San Luís Potosí y Veracruz.
La tasa de desempleo del tercer trimestre de 2008, refleja la desocupación estatal más alta desde 2004. En 2008, se alcanzó una tasa de 3.5 por ciento, contra un 3.4 por ciento que se tuvo en 2007 y 2.3 por ciento que se tenía en 2004.
La opacidad, lo he dicho y mostrado en artículos anteriores, es la praxis de este gobierno. Una raya más al tigre le añade la comparación con estados como Guanajuato (un estado mas pequeño, pero gobernado por el PAN) cuya página de transparencia refiere 106 licitaciones para el ejercicio 2008, mientras que el gobierno de Puebla registra únicamente en la página de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes 14 convocatorias, y nueve por parte de la de Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas.
¿Se construyeron pocas obras en 2008 o se adjudicaron sin informar a quién? ¿Se les olvidó actualizar la página o practican la discrecionalidad en el manejo de los recursos, al favorecer a sus cuates?
Repito la pregunta inicial ¿Cómo se gastan los recursos que no se ven reflejados en un avance significativo para Puebla?, más aún cuando este último periodo se duplicaron los montos de inversión estatal (de 4 mil 543.5 millones de pesos a 8 mil 266.4 millones de pesos) y aumentó la recaudación por impuesto sobre nómina al pasar de 637.2 millones de pesos registrados en 2006, a 856 millones de pesos en el 2007. (Los datos en este rubro sobre el 2008 seguramente podrán conocerse en fecha próxima)
A pesar de que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto Estatal ha sido más alta que la nacional, Puebla presenta rezagos importantes en el ámbito social que no han dado muestras de reversibilidad.
Marín se llena la boca prometiendo hace unos días que ante la crítica situación económica mundial aplicará con estricta precisión la inversión pública, a través del desarrollo de las obras que más necesita la sociedad que garanticen salud, educación, crecimiento económico y empleo en el campo y la ciudad para tener una sociedad con menos contrastes. Como creerle cuando su gobierno no es capaz de brindar información clara y oportuna sobre su quehacer; cuando impide que sus lacayunos diputados locales del PRI cumplan con la Constitución de la República al no modificar a tiempo la disposición para que las próximas elecciones locales se lleven a cabo en julio de 2010.
En el PAN seguiremos exigiendo rendición de cuentas como un elemento insustituible para dialogar. Su llamado a las fuerzas políticas y a la sociedad, al diálogo, a la unidad, a la concordia; a no politizar asuntos que pueden resolverse en una mesa de trabajo constructiva, son un cuatro, son trampas mientras su administración no sea transparente, aspecto fundamental para construir la confianza que se necesita para alcanzar acuerdos.
Pero este cuarto informe nos deja una buena noticia: ya solo le faltan dos años a Puebla para terminar con esta pesadilla de un gobierno estatal que ha frenado el desarrollo, que ha visto por los intereses de una camarilla y no por el Bien Común. El 1 de febrero de 2010, es la gran oportunidad de un cambio, aprovechemos la oportunidad.
Si bien en las últimas semanas nos llenaron de anuncios publicitarios y espectaculares con fotomontajes donde aparece el gobernador abrazando ancianitas, inaugurando pupitres, puentes, etc., –aprovechando los 13 días permitidos por ley para la difusión del trabajo de los funcionarios que rinden su informe -, hay un estancamiento en el desarrollo de la entidad a pesar del incremento de los 3 presupuestos federales (mas de 42 mil millones de pesos en 2008) conseguidos por los diputados federales y los jugosos excedentes petroleros recibidos este año. Sin embargo, las estadísticas y la realidad palpable, no reflejan su ejercicio.
De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad, Puebla ocupó el lugar 26 de 32 estados en esta materia de competitividad y en el resto de los índices evaluados, se mantiene en los peores lugares, a pesar de ser una de las cinco entidades más pobladas del país. Veamos algunos ejemplos: es el último lugar de todo el país respecto a tener un sistema de derecho confiable y objetivo; ocupa el lugar 27 en el rubro sociedad incluyente, preparada y sana; el 25 en gobiernos eficientes y eficaces, el 24 en mercados de factores eficientes, el 23 en sistema político estable y funcional y en sectores precursores de clase mundial. En cuanto al manejo sustentable del medio ambiente estamos en el lugar 17 y en los que mejor salimos es en economía estable y dinámica con el octavo lugar, que en buena parte se debe a la empresa Volkswagen que emplea a 16 mil personas aquí en Puebla.
La perspectiva de atracción de inversiones también disminuye ante la poca seriedad en el manejo de macro proyectos, la discrecionalidad en el manejo de recursos públicos, el ocultamiento de información pública, la falta de visión y la impronta del escándalo que no puede sacudirse el “gober precioso”. Es el caso del Centro Expositor donde el gobierno ha mostrando incapacidad de planeación y ejecución al retrasar primero el proceso de licitación, después presentar importantes retrasos en la construcción y modificar el monto de la obra de 800 mdp a 1018 mdp (el estudio original de factibilidad valuó en 550 mdp), lo cual genera muchas suspicacias.
Según el Consejo Nacional de Población (CONAPO), Puebla es el séptimo estado más marginado.
Los datos son alarmantes. El porcentaje de la población analfabeta de 15 años o más es del 12.7 por ciento, superado únicamente por estados como Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Veracruz; el 29 por ciento de la población no tiene primaria completa, cifra que está por encima del promedio nacional; el porcentaje de ocupantes en vivienda sin agua entubada es de 14.03 por ciento, cifra que contrasta con el promedio nacional de 10.14 por ciento; el porcentaje de la población ocupada con ingreso de hasta 2 salarios mínimos que es de 61.34 por ciento y que al compararlo con 45.30 por ciento del país, da cuenta del importante diferencial. En este aspecto económico, que se relaciona con el bienestar de las familias, Puebla está en una situación mas baja incluso que estados como Campeche, Michoacán, San Luís Potosí y Veracruz.
La tasa de desempleo del tercer trimestre de 2008, refleja la desocupación estatal más alta desde 2004. En 2008, se alcanzó una tasa de 3.5 por ciento, contra un 3.4 por ciento que se tuvo en 2007 y 2.3 por ciento que se tenía en 2004.
La opacidad, lo he dicho y mostrado en artículos anteriores, es la praxis de este gobierno. Una raya más al tigre le añade la comparación con estados como Guanajuato (un estado mas pequeño, pero gobernado por el PAN) cuya página de transparencia refiere 106 licitaciones para el ejercicio 2008, mientras que el gobierno de Puebla registra únicamente en la página de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes 14 convocatorias, y nueve por parte de la de Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas.
¿Se construyeron pocas obras en 2008 o se adjudicaron sin informar a quién? ¿Se les olvidó actualizar la página o practican la discrecionalidad en el manejo de los recursos, al favorecer a sus cuates?
Repito la pregunta inicial ¿Cómo se gastan los recursos que no se ven reflejados en un avance significativo para Puebla?, más aún cuando este último periodo se duplicaron los montos de inversión estatal (de 4 mil 543.5 millones de pesos a 8 mil 266.4 millones de pesos) y aumentó la recaudación por impuesto sobre nómina al pasar de 637.2 millones de pesos registrados en 2006, a 856 millones de pesos en el 2007. (Los datos en este rubro sobre el 2008 seguramente podrán conocerse en fecha próxima)
A pesar de que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto Estatal ha sido más alta que la nacional, Puebla presenta rezagos importantes en el ámbito social que no han dado muestras de reversibilidad.
Marín se llena la boca prometiendo hace unos días que ante la crítica situación económica mundial aplicará con estricta precisión la inversión pública, a través del desarrollo de las obras que más necesita la sociedad que garanticen salud, educación, crecimiento económico y empleo en el campo y la ciudad para tener una sociedad con menos contrastes. Como creerle cuando su gobierno no es capaz de brindar información clara y oportuna sobre su quehacer; cuando impide que sus lacayunos diputados locales del PRI cumplan con la Constitución de la República al no modificar a tiempo la disposición para que las próximas elecciones locales se lleven a cabo en julio de 2010.
En el PAN seguiremos exigiendo rendición de cuentas como un elemento insustituible para dialogar. Su llamado a las fuerzas políticas y a la sociedad, al diálogo, a la unidad, a la concordia; a no politizar asuntos que pueden resolverse en una mesa de trabajo constructiva, son un cuatro, son trampas mientras su administración no sea transparente, aspecto fundamental para construir la confianza que se necesita para alcanzar acuerdos.
Pero este cuarto informe nos deja una buena noticia: ya solo le faltan dos años a Puebla para terminar con esta pesadilla de un gobierno estatal que ha frenado el desarrollo, que ha visto por los intereses de una camarilla y no por el Bien Común. El 1 de febrero de 2010, es la gran oportunidad de un cambio, aprovechemos la oportunidad.
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