Por los medios de comunicación pudimos enterarnos que el fin de semana el gobernador Marín citó en casa Puebla a los aspirantes de su partido –el PRI- a sucederlo en el gobierno estatal. Según las crónicas periodísticas los invitados fueron a que el gobernador les leyera las reglas del procedimiento para elegir a su abanderado. Nada nuevo, el dinosaurio del PRI, a la vieja usanza dejó entrever que los 5 citados pueden ser el objeto que su dedo señale y por lo tanto el candidato oficial del tricolor.
Sin embargo los allí presentes, los medios de comunicación y cualquiera que sepa un poco de política sabe que solo hay uno y que desde hace mucho tiempo trabaja para la candidatura con la venia, consentimiento y aprobación de Mario Marín, todos saben que el gober precioso tiene su “tapado”.
Sin embargo los allí presentes, los medios de comunicación y cualquiera que sepa un poco de política sabe que solo hay uno y que desde hace mucho tiempo trabaja para la candidatura con la venia, consentimiento y aprobación de Mario Marín, todos saben que el gober precioso tiene su “tapado”.
Ingrato papel tuvieron que hacer los idiotas útiles que fueron convocados solo para legitimar el proceso: Víctor Hugo Islas, Jesús Morales Flores, Alberto Amador Leal y Enrique Doger Guerrero, así como los convidados de piedra Alejandro Armenta Mier y Paloma Guillén Vicente.
La costumbre del tapado y el consecuente dedazo tienen viejas raíces en la historia de México que no se remonta solamente a la historia del PRI, ya Don Adolfo Christlieb Ibarrola en su columna de Excélsior del 12 de julio de 1969 nos relataba algunas de ellas y en especial se refería al hallazgo que Chávez Orozco realizó en el Archivo de la Nación, unos cargos formulados en 1564 contra autoridades indígenas de la Ciudad de México en las que se imputa que “los dichos alcaldes y regidores tienen de costumbre cada año, al tiempo de elegir alcaldes nuevos que an de ser de aquel año, y regidores y alguaziles, los escogen entre ellos secretamente, sin entrar sobre ello en cabildo, y escogen los que son de la condición dellos… por mejor poder con los tales hacer sus bellaquerías porque los tales les encubren…” Los acusados alegaron que “los alcaldes puestos para la buena administración en el dicho partido de México, son personas muy bastantes, experimentadas en negocios, mayormente de los naturales desta tierra, elegidos con todo acuerdo y deliberación, sin afición ni pasión, sino eligiendo los más ábiles e suficientes, aprovados como siempre se ha hecho por el muy ilustre Visorrey, por manera que aunque no sepan leer ni escrebir hace poco al caso, porque por su habilidad en lo concerniente a los negocios de yndios, dan buen despacho, por la esperiencia que tienen de negocios…”
Igual que hace 445 años el PRI sigue el camino de la más rancia tradición de los naturales de esta tierra; dentro de muy pocas lunas veremos como el señor de los Popolocas ungirá como candidato al príncipe de los Chamulas.
¿Como pretendemos rescatar a la política del descrédito popular con estas formas antidemocráticas y simulaciones que ofenden la inteligencia de los ciudadanos?.
Pero cuidado, estas formas del PRI, pueden ser imitadas por otros partidos y entonces el descrédito no será exclusivo de los tricolores. Esta tentación se extiende al PAN con sus recientes importaciones de formas y personajes que han sido parte de la debacle electoral reciente.
Si queremos ser un país que viva a plenitud su democracia tenemos entonces que hacer nuestra esta forma de vida, no solamente en el proceso deliberativo de los candidatos y después de los gobernantes; la democracia inicia en la capacidad de participar en las decisiones de la comunidad desde nuestro barrio o colonia, pasando por nuestro sindicato o asociación civil en el que participemos. Pero además no se agota con el derecho a votar y ser votado, debe también gozar de un clima de libertades para ser informado, pedir cuentas, no ser intimidado y tener instituciones que garanticen estos procesos y que castiguen a quien infringe las reglas.
El reto de los partidos políticos está en poder motivar a los ciudadanos a participar en la vida democrática de México y que se perciban los beneficios que conlleva este sistema contra las dictaduras, las monarquías u otras formas de gobierno.
¿Pero qué incentivo puede promover el tapadismo y el dedazo? Solo la abstención y el repudio de la política.
El PRI ya tiene a Javier López Zavala como su tapado, porque como está consignado “…aunque no sepa leer ni escrebir hace poco al caso, porque por su habilidad en lo concerniente a los negocios de yndios, dan buen despacho, por la esperiencia que tienen de negocios…”
La costumbre del tapado y el consecuente dedazo tienen viejas raíces en la historia de México que no se remonta solamente a la historia del PRI, ya Don Adolfo Christlieb Ibarrola en su columna de Excélsior del 12 de julio de 1969 nos relataba algunas de ellas y en especial se refería al hallazgo que Chávez Orozco realizó en el Archivo de la Nación, unos cargos formulados en 1564 contra autoridades indígenas de la Ciudad de México en las que se imputa que “los dichos alcaldes y regidores tienen de costumbre cada año, al tiempo de elegir alcaldes nuevos que an de ser de aquel año, y regidores y alguaziles, los escogen entre ellos secretamente, sin entrar sobre ello en cabildo, y escogen los que son de la condición dellos… por mejor poder con los tales hacer sus bellaquerías porque los tales les encubren…” Los acusados alegaron que “los alcaldes puestos para la buena administración en el dicho partido de México, son personas muy bastantes, experimentadas en negocios, mayormente de los naturales desta tierra, elegidos con todo acuerdo y deliberación, sin afición ni pasión, sino eligiendo los más ábiles e suficientes, aprovados como siempre se ha hecho por el muy ilustre Visorrey, por manera que aunque no sepan leer ni escrebir hace poco al caso, porque por su habilidad en lo concerniente a los negocios de yndios, dan buen despacho, por la esperiencia que tienen de negocios…”
Igual que hace 445 años el PRI sigue el camino de la más rancia tradición de los naturales de esta tierra; dentro de muy pocas lunas veremos como el señor de los Popolocas ungirá como candidato al príncipe de los Chamulas.
¿Como pretendemos rescatar a la política del descrédito popular con estas formas antidemocráticas y simulaciones que ofenden la inteligencia de los ciudadanos?.
Pero cuidado, estas formas del PRI, pueden ser imitadas por otros partidos y entonces el descrédito no será exclusivo de los tricolores. Esta tentación se extiende al PAN con sus recientes importaciones de formas y personajes que han sido parte de la debacle electoral reciente.
Si queremos ser un país que viva a plenitud su democracia tenemos entonces que hacer nuestra esta forma de vida, no solamente en el proceso deliberativo de los candidatos y después de los gobernantes; la democracia inicia en la capacidad de participar en las decisiones de la comunidad desde nuestro barrio o colonia, pasando por nuestro sindicato o asociación civil en el que participemos. Pero además no se agota con el derecho a votar y ser votado, debe también gozar de un clima de libertades para ser informado, pedir cuentas, no ser intimidado y tener instituciones que garanticen estos procesos y que castiguen a quien infringe las reglas.
El reto de los partidos políticos está en poder motivar a los ciudadanos a participar en la vida democrática de México y que se perciban los beneficios que conlleva este sistema contra las dictaduras, las monarquías u otras formas de gobierno.
¿Pero qué incentivo puede promover el tapadismo y el dedazo? Solo la abstención y el repudio de la política.
El PRI ya tiene a Javier López Zavala como su tapado, porque como está consignado “…aunque no sepa leer ni escrebir hace poco al caso, porque por su habilidad en lo concerniente a los negocios de yndios, dan buen despacho, por la esperiencia que tienen de negocios…”
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