martes, 11 de agosto de 2009

¿Dónde empieza la corrupción de PEMEX?


¿Llegará el día en que la corrupción deje de ser la práctica común para allegarse de recursos a costa de un país y su riqueza natural?

La lógica nos diría que no cuando se vuelve noticia la ordeña de PEMEX a través del robo de hidrocarburos, gasolina y diésel. Y digo se vuelve noticia porque aunque desde hace años existe información al respecto, lo novedoso ahora es la investigación a funcionarios públicos sospechosos de planear la extracción ilegal de combustible, incluso en beneficio del crimen organizado, de acuerdo a algunas hipótesis.

Según datos de Petróleos Mexicanos (PEMEX) son más de 12 mil millones de pesos anuales a los que asciende el robo, adulteración y venta ilícita de gasolinas, condensados, crudo a boca de pozo y hasta petroquímicos.

Tan sólo en 2008 la paraestatal detectó y clausuró 396 tomas clandestinas de las cuales 90 están en Tabasco, Coahuila, Jalisco, Chihuahua, Oaxaca, Baja California y Puebla, en tanto que las otras 306 se ubican en los estados de Veracruz, México, Nuevo León, Tamaulipas, Guanajuato e Hidalgo.

Al 30 de junio de este año, la red de complicidades que se investiga extendió su negocio a Tlaxcala, Sinaloa, Durango, Querétaro, Michoacán y Distrito Federal, es decir, pasó de 13 a 19 estados donde ya fueron documentadas tomas clandestinas.

Para colmo, en la extracción y venta ilícita podría estar vinculado el narcotráfico. Hace unos días el periódico Reforma publicó que según fuentes del Estado Mayor Presidencial de la Secretaría de la Defensa Nacional, los Zetas acceden a vehículos y uniformes para realizar la ordeña y saben cuándo son los operativos para evadirlos, sobretodo en los estados de Veracruz, Tamaulipas, el Estado de México, Oaxaca y Tabasco. Cada litro de combustible robado lo venden en cuatro pesos, por lo que con cada pipa robada -con capacidad de 45,000 litros-, sus ganancias ascienden a 180 mil pesos.

Como parte de las pesquisas, funcionarios federales tomaron las instalaciones de la Gerencia de Servicios de Seguridad Física de PEMEX, en el DF donde aseguraron documentos y equipo de cómputo al tiempo que la Procuraduría General de la República (PGR) y la Función Pública tomaron declaración a 36 servidores públicos adscritos a dicha área.



Un informe técnico de PEMEX publicado por el periódico El Universal, advierte que la falta de un equipo efectivo de comunicación y control, impide detectar con rapidez la ordeña de los ductos ya que su operación depende de la comunicación vía telefónica o radio, de estación a estación.

Con este método utilizado en los 47 sistemas que conforman la Red Nacional de Ductos, los operadores de las estaciones monitorean las presiones y flujos en busca de anomalías, pero no cuentan con una perspectiva de línea general en tiempo real, por lo que una vez detectadas las extracciones no medidas, puede tomarle al personal hasta 24 horas cancelarlas, tiempo suficiente para la ordeña.

Si bien este informe pudiera pretender deslindar responsabilidades del personal técnico y atribuir la ordeña a la falta de recursos y equipos modernos, es evidente que los ladrones de combustible no pueden saber – por su cuenta- por dónde cruzan los ductos, qué circula por estos y a qué hora, con el fin de rentar terrenos o bienes inmuebles estratégicos cercanos a los tubos para hacer perforaciones clandestinas y extraer lo que se roban.

De manera que alguien les proporciona información que debiera ser confidencial por seguridad nacional, la cual es manejada por servidores públicos que es muy probable sean parte de esta red pues se benefician del ilegal negocio. Además se requiere que la red se expanda a concesionarios de gasolineras que le hacen el caldo gordo a los ladrones al comprárselas a un menor precio y sin factura para quedarse también con una tajada de lo robado.

Claro que hay coludidos desde muchos años atrás, si no cómo el grupo guerrillero EPR pudo colocar y hacer estallar en el 2007, bombas en ductos clave como los de Veracruz, Guanajuato y Querétaro que, entre otros daños, afectaron a miles de empresas en el país.

Claro que la corrupción no es novedad en torno a PEMEX cuando sigue al frente de su sindicato un cacique como Carlos Romero Deschamps quien ha realizado desfalcos millonarios de recursos públicos como el tristemente célebre PEMEX-gate para apoyar la campaña presidencial del PRI en el 2000.

Me anima que el gobierno federal tome cartas en el asunto e investigue a fondo quiénes orquestan y ejecutan estas acciones que como muchas otras, despojan, saquean y desfalcan al país.

No sé si algún día la corrupción se extinga del todo, pero me congratulo de los esfuerzos actuales por combatir al crimen organizado que ha crecido por la protección y complicidad de autoridades en todos los niveles de gobierno y por estas investigaciones en torno a PEMEX que no deben quedarse en un intento sino llegar a fondo para que los culpables paguen su cinismo y el profundo daño que causan a todos los mexicanos.

En lo personal, analicemos las pequeñas prácticas de corrupción que muchos ciudadanos realizan porque los grandes corruptos no empezaron con grandes negocios, sino con prácticas sencillas como la piratería, la mordida a los agentes de tránsito, “la corta” para agilizar un trámite, y tantas otras que por pequeñas que parezcan no dejan de ser el germen de la corrupción. Ayudemos todos a combatirla.

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