El pasado fin de semana cuatro familias fuimos a visitar el hábitat de la guacamaya verde cuyo nombre científico es Ara Militaris. Fue toda una aventura que recomiendo como alternativa para estas vacaciones y para conocer más acerca de las riquezas naturales que tenemos a nuestro alrededor y que no apreciamos lo suficiente.
El gobierno federal encabezado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), desarrolla programas dirigidos a conservar la biodiversidad que se encuentra en ecosistemas muy representativos y donde el ambiente natural no ha sido esencialmente alterado. Estas zonas de nuestro territorio nacional, ya sean porciones acuáticas o terrestres (selvas, bosques, arrecifes, pantanos, lagos, islas, desiertos, etc.) están sujetas a regímenes especiales de protección, conservación, restauración y desarrollo, según categorías establecidas en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
La “Reserva de la Biosfera Tehuacán- Cuicatlán” (RBTC) es una de estas zonas productoras de beneficios ecológicos y en la cual anida la hermosa guacamaya. La Dirección de la RBTC dirigida por el Biólogo José Carlos Pizaña Soto y su equipo pueden dar información sobre estos y otros atractivos.
Visitamos los cañones que forman el Río Sabino y el Río Seco dentro de los Bienes Comunales de Santa María Tecomavaca, Oaxaca. Allí nos recibió Leovardo Ramos, Presidente del Comité de Ecoturismo quien con un grupo bien capacitado, muy atento y servicial de guías (Ilze Hernández, Suleima Miguel y Gregorio Ojeda) nos llevaron por un sendero interpretativo hasta llegar a la zona donde estas aves tienen sus nidos.
Era las 4 de la tarde del sábado y salimos del punto hasta donde llegan los vehículos, de allí caminamos a 42 grados centígrados con un sol abrazador; después de dos horas de camino la recompensa fue observar un cañón con pendientes de 90 grados que no permiten mirar el río, pero se escucha el fluir la corriente. Los guías nos explicaban sobre la estimación de 120 metros de altura de la pared cuando de pronto escuchamos el piar de la primera pareja que venía planeando por el oeste para internarse en el cauce horadado en la montaña y posarse en un árbol. El espectáculo fue maravilloso.
Después de admirar varios ejemplares de este psitácido de color verde, mencionado en el Apéndice I de la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES por sus siglas en Inglés) que incluyen a las de mayor peligro de extinción prohíbiendo el comercio internacional de esos especímenes, considero que es una obligación el contribuir a preservar estos sitios y que las próximas generaciones puedan disfrutar del hábitat de las guacamayas verdes.
Para ello debemos defender sus zonas de anidación y de alimentación, así como denunciar a quienes pretenden traficar con estas aves. Otra forma de ayudar es impulsar a las comunidades de la región en estos proyectos ecoturísticos para que existan personas capacitadas que cuiden el entorno y cuenten con actividades económicas que frenen la depredación, el cambio de uso de suelo y la migración.
La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) ha impulsado proyectos ecoturísticos dirigidos a generar infraestructura; es el caso de las cabañas de Santiago Quiotepec, Cuicatlán, Oaxaca donde José Osorio Olmos al frente de un grupo de entusiastas pobladores, ya operan 4 cabañas con todos los servicios, área de campamentos, excursiones a los alrededores, renta de bicicletas y telescopios, entre otros.
Estos proyectos financiados con recursos públicos son ejemplos exitosos de políticas públicas; en Puebla ya empiezan a surgir iniciativas similares, debemos de apoyarlas para generar empleos y ayudar a conservar el hábitat.
Recomiendo estas experiencias de vida, de integración familiar y que lo dejan a uno satisfecho de observar como la política genera beneficios para los ciudadanos. Como político seguiré trabajando para que más comunidades tengan estas oportunidades y como ciudadanos visitemos, cuidemos e impulsemos estos proyectos que ya están en marcha.
El gobierno federal encabezado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), desarrolla programas dirigidos a conservar la biodiversidad que se encuentra en ecosistemas muy representativos y donde el ambiente natural no ha sido esencialmente alterado. Estas zonas de nuestro territorio nacional, ya sean porciones acuáticas o terrestres (selvas, bosques, arrecifes, pantanos, lagos, islas, desiertos, etc.) están sujetas a regímenes especiales de protección, conservación, restauración y desarrollo, según categorías establecidas en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
La “Reserva de la Biosfera Tehuacán- Cuicatlán” (RBTC) es una de estas zonas productoras de beneficios ecológicos y en la cual anida la hermosa guacamaya. La Dirección de la RBTC dirigida por el Biólogo José Carlos Pizaña Soto y su equipo pueden dar información sobre estos y otros atractivos.
Visitamos los cañones que forman el Río Sabino y el Río Seco dentro de los Bienes Comunales de Santa María Tecomavaca, Oaxaca. Allí nos recibió Leovardo Ramos, Presidente del Comité de Ecoturismo quien con un grupo bien capacitado, muy atento y servicial de guías (Ilze Hernández, Suleima Miguel y Gregorio Ojeda) nos llevaron por un sendero interpretativo hasta llegar a la zona donde estas aves tienen sus nidos.
Era las 4 de la tarde del sábado y salimos del punto hasta donde llegan los vehículos, de allí caminamos a 42 grados centígrados con un sol abrazador; después de dos horas de camino la recompensa fue observar un cañón con pendientes de 90 grados que no permiten mirar el río, pero se escucha el fluir la corriente. Los guías nos explicaban sobre la estimación de 120 metros de altura de la pared cuando de pronto escuchamos el piar de la primera pareja que venía planeando por el oeste para internarse en el cauce horadado en la montaña y posarse en un árbol. El espectáculo fue maravilloso.
Después de admirar varios ejemplares de este psitácido de color verde, mencionado en el Apéndice I de la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES por sus siglas en Inglés) que incluyen a las de mayor peligro de extinción prohíbiendo el comercio internacional de esos especímenes, considero que es una obligación el contribuir a preservar estos sitios y que las próximas generaciones puedan disfrutar del hábitat de las guacamayas verdes.
Para ello debemos defender sus zonas de anidación y de alimentación, así como denunciar a quienes pretenden traficar con estas aves. Otra forma de ayudar es impulsar a las comunidades de la región en estos proyectos ecoturísticos para que existan personas capacitadas que cuiden el entorno y cuenten con actividades económicas que frenen la depredación, el cambio de uso de suelo y la migración.
La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) ha impulsado proyectos ecoturísticos dirigidos a generar infraestructura; es el caso de las cabañas de Santiago Quiotepec, Cuicatlán, Oaxaca donde José Osorio Olmos al frente de un grupo de entusiastas pobladores, ya operan 4 cabañas con todos los servicios, área de campamentos, excursiones a los alrededores, renta de bicicletas y telescopios, entre otros.
Estos proyectos financiados con recursos públicos son ejemplos exitosos de políticas públicas; en Puebla ya empiezan a surgir iniciativas similares, debemos de apoyarlas para generar empleos y ayudar a conservar el hábitat.
Recomiendo estas experiencias de vida, de integración familiar y que lo dejan a uno satisfecho de observar como la política genera beneficios para los ciudadanos. Como político seguiré trabajando para que más comunidades tengan estas oportunidades y como ciudadanos visitemos, cuidemos e impulsemos estos proyectos que ya están en marcha.
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