martes, 10 de febrero de 2009

El Rey del Tomate un Perico del Puebla


Fue un líder, un hombre carismático, un esforzado trabajador que luchó por mejorar sus condiciones y las de sus semejantes, un político generoso, un buen amigo y compañero legislador.
El pasado jueves 5 de febrero, al tiempo que la Cámara de Diputados sesionaba, fallecía víctima de cáncer en el estómago Andrés Bermúdez Viramontes, diputado federal panista mejor conocido como el Rey del Tomate.
Nació en Jerez, Zacatecas, habría cumplido 59 años el próximo mes de julio. Hace dos años lo invité a venir a Puebla para platicar con varios grupos de campesinos de la zona de Atlixco y de Tetela de Ocampo que querían escuchar de un experto el cómo organizarse para exportar tomate a los Estados Unidos. Aceptó gustoso, desde muy temprano tomamos carretera y en los trayectos me compartió muchas de sus anécdotas, como cuando jugó beisbol para los Pericos del Puebla en la década de los sesentas, platicaba que ya vivía en Tijuana y que era bueno para el “beis”, lo invitaron a jugar a Puebla y se vino a correr suerte. No cumplía ni el año de estancia cuando su padre lo llamó y le dijo que se pusiera a trabajar “en serio”, que se olvidara del béisbol, cuenta que por respeto a su papá, obedeció y se fue a trabajar la tierra, a seguir de campesino. Años mas tarde se casó, pasó de mojado a Estados Unidos junto con su esposa embarazada y escondidos en la cajuela de un auto. Allá en California se puso a trabajar en la cosecha del tomate.
Andrés me platicaba que trabajaba de sol a sol, como muchos de nuestros paisanos, viviendo en condiciones muy precarias, mandando algo de dinero a la familia. Observando y haciendo pruebas con fierros, tuercas y soldadura, con empeño y su inteligencia natural, realizó algunas adecuaciones a las cosechadoras para hacerlas mas eficientes hasta que finalmente patentó un modelo que mejoraba sustancialmente la productividad, lo que le permitió comprar unas tierras, rentar otras y al final ser el segundo mayor productor de tomate de toda la Unión Americana. Confesaba que al año siguiente se esforzó por producir una cantidad mayor de tomate, pero que el empresario-agricultor que lo superaba también aumentaba lo producido y que nunca lo pudo alcanzar, sin embargo socarrón comentaba que: “al gringo nadie lo conoce y a mí me apodaron el Rey del Tomate.”
Fui testigo de cómo se comunicaba con los campesinos, de ese gran don que tenía para enseñar, para guiar, para llegarles al corazón, con su estilo, con su peculiar forma de ser.
Tiempo después ya famoso y líder de la comunidad migrante en el vecino país del norte, se involucró en la política y fue propuesto candidato a Presidente Municipal de su natal Jerez por el PRD en el 2001. Ganó la elección municipal, pero fue declarado inelegible por no cumplir la residencia; él comentaba que fue traicionado por los perredistas para poner a alguien a modo del gobernador en turno. Pero Andrés no se dio por vencido se fue al PAN y se volvió a presentar a las elecciones municipales en el 2004, las cuales volvió a ganar y ahora sí fue alcalde de su tierra. En el 2006 se postuló como candidato a diputado federal y ganó su distrito por primera vez para Acción Nacional.
Ya en la Cámara de Diputados no tardó en subir a la tribuna y el martes 26 de septiembre de 2006, en el análisis en materia de política económica del sexto informe de gobierno de Fox, defendía los programas del sexenio y encaraba a los perredistas que sin argumentos y sin conocimiento de causa sólo criticaban, y les decía: “Para poder quitar el hambre hay que haberla sentido, para quitar el frío, hay que haberlo vivido; para quitar la migración hay que haber sido migrante; para ayudar al campesino hay que haber sido campesino…”
Enardecidos los seguidores del “peje” le exigían que en uso de la tribuna se despojara del sombrero -que no se quitaba creo que ni para dormir- ante la solicitud del presidente de la Cámara de que así lo hiciera por respeto a los símbolos patrios, Andrés comentó: “Con o sin sombrero, les voy a decir la verdad”.
Ya encarrerado, Bermúdez les reclamó su falta de compromiso con sus votantes, reclamó también su atrevimiento al asegurar que no estaban bien contados los votos a favor de Felipe Calderón, cuando los contabilizaron los mismos que contaron los de los diputados, gracias a los cuales estaban allí presentes.
Y para rematar a los pejistas les dijo: “Estamos en el presente y en el futuro y es una obligación de todos nosotros, hacer por los migrantes, por los campesinos, por los estudiantes, por las amas de casa, lo que dijimos en campaña que íbamos a hacer. Y les quiero decir una cosa, señores del PRD, ustedes la única tierra que saben cultivar es la que invaden. Eso es todo”. Bajó de la tribuna entre vítores de la bancada del PAN y la furia de los perredistas.
Fuimos compañeros en la Comisión de radio, televisión y cinematografía, donde Andrés impulsaba la necesidad de radiodifusoras, al servicio de los ciudadanos, que prestaran servicios a la comunidad.
Cuando algún orador de la oposición se excedía en su intervención mas allá del tiempo reglamentario, se escuchaba la voz potente del Rey del Tomate exigiendo: “¡Tieeempooo!” frase que junto con su particular atuendo siempre color negro –luto por su hermano muerto en el intento de cruzar de mojado- su cinturón piteado con hilos de plata y sus botas vaqueras, eran ya características de esta legislatura.
Se fue un personaje controvertido, pero nadie puede negar que representaba los anhelos de miles, de millones de mexicanos que se han tenido que ir al norte buscando mejores oportunidades, que han vencido la adversidad y que han regresado como los triunfadores que son. Los migrantes, los campesinos, sus electores, sus compañeros, sus amigos lo vamos a echar de menos, descanse en paz Andrés Bermúdez Viramontes.
Ahora que el cáncer le marco su “¡Tieeempooo!”
Comentarios en diazgarcia2020@gmail.com

No hay comentarios: