En su libro Límites en la Amistad México y Estados Unidos, Jorge Castañeda escribió hace 19 años, cómo “los vecinos del norte pesan demasiado en la vida de nuestro país, en lo interno y en lo internacional. En el terreno económico, en términos culturales, en términos psicológicos e incluso en el campo de la política exterior, la presencia norteamericana es abrumadora”.
Sumado a esta relación histórica, en ocasiones de cooperación y otras veces de vecinos distantes, el interés por la elección americana se funda en la incidencia de los acontecimientos de ese país en México con respecto a cuestiones económicas, migratorias, energéticas y desde luego por los 20 millones de mexicanos –entre legales e ilegales- que viven en aquel país.
Nos impactan las políticas migratorias –y quién las define- por el envío de remesas las cuales ascienden a 23 mil millones de dólares según Jorge Bustamante, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos de los migrantes; nos impactan porque esta semana, el gobierno de Arizona decomisó las remesas de los migrantes lo que ocasionará que en Puebla se dejen de recibir más de 105 millones de dólares, informó el alto comisionado para la Atención del Migrante Poblano (Ceamp), Carlos Olamendi Torres.
Nos impactan también los temas energéticos porque tenemos yacimientos compartidos en la región del Golfo de México y desde luego nos impacta el tema económico por las relaciones comerciales y la exportación de empresas mexicanas con este país.
La pregunta central en la discusión y el análisis con relación a esta contienda, versa en torno a la conveniencia para México sobre el triunfo de uno u otro candidato. Veamos algunos datos.
El recién ratificado candidato demócrata Barak Obama es un hombre de color, de 47 años y con muy pocos años en la política. Su mensaje central de campaña es el cambio con un fuerte enfoque ciudadano, involucrando a los jóvenes y a los alejados o desanimados de la política a través de una innovadora y audaz campaña cibernética no sólo en EU sino en el mundo. Eligió al senador Joseph Biden como compañero de fórmula a la vicepresidencia, con amplia experiencia en temas internacionales y de seguridad nacional -en los que Obama se observa débil- y ha mostrado una actitud crítica y reticente hacia México.
El republicano John McCain, hombre blanco y conservador, con 72 años de edad y una larga trayectoria en política, le apuesta a la continuidad aunque ha mostrado oposición a algunas políticas de los republicanos; tiene fuertes compromisos con los grandes grupos de poder en su país y tuvo la audacia de elegir a una mujer de 44 años, Sarah Palin como compañera de fórmula y candidata a la vicepresidencia para arrancar algunos votos movidos por el tema de género que hasta ahora había capitalizado Hillary Clinton.
Respecto al tema migratorio, John McCain fue un importante promotor de la legalización de los migrantes y pugnó porque alcanzaran la ciudadanía. Sin embargo, a últimas fechas ha dejado a un lado esta posición privilegiando la de endurecer la seguridad en las fronteras. Él es senador del estado de Arizona, uno de los fronterizos con México y donde se han implementado las leyes locales más duras contra inmigrantes.
Barak Obama es senador de Illinois y trabajó en Chicago, el segundo estado norteamericano con mayor presencia de mexicanos. Él ha planteado la necesidad de sacar a los cerca de 12 millones de indocumentados de las sombras para evitar crear "un clase de sirvientes" en el país y combatir a los que abusan de los indocumentados. Reconoce que violaron la ley, y deberían pagar una multa y aprender inglés e ir para el final de la fila (para sacar documentos). Así es como los pondremos en el camino de la ciudadanía, dijo.
43 millones de hispanos hacen de la comunidad latina la primera minoría en EU (15.5% del total de habitantes), pero los votantes hispanos potenciales sólo son el 8.9 por ciento del electorado estadounidense, que significa 9.2 millones de votos.
En las 10 semanas que restan para las elecciones, Barak Obama tiene el reto de concretar su mensaje de cambio como empezó a esbozarlo en la Convención Demócrata de la semana pasada, de esta forma podrá contrarrestar las críticas que lo consideran un fenómeno mediático pero no un buen gobernante. Algo similar sucedió con Vicente Fox en México, prometía un cambio luego de 70 años de un mismo partido pero la clase política lo veía poco serio y preparado para la posición a pesar de que había sido legislador y gobernador.
En el caso de McCain quien durante esta semana estará en los reflectores por la Convención Republicana, tiene el reto de deslindarse de los graves errores de Bush y de aguantar el vendaval que surgió por las revelaciones del pasado en la vida de su compañera de formula (uso de drogas, hija adolecente embarazada y actividades políticas no convencionales) al tiempo de mantener las preferencias entre los republicanos norteamericanos capitalizando su experiencia política.
La guerra de encuestas ha comenzado: según el NYT, a finales de febrero Obama tenía 12 puntos de ventaja sobre Mc Cain (50 a 38%) y en la ultima semana de agosto la diferencia era de solamente 3 puntos 45% versus 42%.
El 2 de septiembre Gallup dio a conocer una encuesta donde Obama lleva seis puntos de ventaja sobre McCain (49 - 43), en caída respecto de la encuesta previa, que lo ponía ocho puntos arriba (50-42) y sin reflejar aún el impacto de la Convención Republicana.
No hay que olvidar que para llegar a la presidencia de Estados Unidos, no basta el clamor popular ni los votos ciudadanos, sus sistema electoral es por voto indirecto, de manera que el ganador tiene que conseguir más votos del colegio electoral, que no necesariamente se consiguen con mas votos populares.
El 4 de noviembre de este año, nuestros vecinos del norte elegirán al que será el 44 presidente de la Unión Americana. Su resultado repercutirá tanto en nuestros paisanos migrantes como en la relación bilateral con México.
Sumado a esta relación histórica, en ocasiones de cooperación y otras veces de vecinos distantes, el interés por la elección americana se funda en la incidencia de los acontecimientos de ese país en México con respecto a cuestiones económicas, migratorias, energéticas y desde luego por los 20 millones de mexicanos –entre legales e ilegales- que viven en aquel país.
Nos impactan las políticas migratorias –y quién las define- por el envío de remesas las cuales ascienden a 23 mil millones de dólares según Jorge Bustamante, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos de los migrantes; nos impactan porque esta semana, el gobierno de Arizona decomisó las remesas de los migrantes lo que ocasionará que en Puebla se dejen de recibir más de 105 millones de dólares, informó el alto comisionado para la Atención del Migrante Poblano (Ceamp), Carlos Olamendi Torres.
Nos impactan también los temas energéticos porque tenemos yacimientos compartidos en la región del Golfo de México y desde luego nos impacta el tema económico por las relaciones comerciales y la exportación de empresas mexicanas con este país.
La pregunta central en la discusión y el análisis con relación a esta contienda, versa en torno a la conveniencia para México sobre el triunfo de uno u otro candidato. Veamos algunos datos.
El recién ratificado candidato demócrata Barak Obama es un hombre de color, de 47 años y con muy pocos años en la política. Su mensaje central de campaña es el cambio con un fuerte enfoque ciudadano, involucrando a los jóvenes y a los alejados o desanimados de la política a través de una innovadora y audaz campaña cibernética no sólo en EU sino en el mundo. Eligió al senador Joseph Biden como compañero de fórmula a la vicepresidencia, con amplia experiencia en temas internacionales y de seguridad nacional -en los que Obama se observa débil- y ha mostrado una actitud crítica y reticente hacia México.
El republicano John McCain, hombre blanco y conservador, con 72 años de edad y una larga trayectoria en política, le apuesta a la continuidad aunque ha mostrado oposición a algunas políticas de los republicanos; tiene fuertes compromisos con los grandes grupos de poder en su país y tuvo la audacia de elegir a una mujer de 44 años, Sarah Palin como compañera de fórmula y candidata a la vicepresidencia para arrancar algunos votos movidos por el tema de género que hasta ahora había capitalizado Hillary Clinton.
Respecto al tema migratorio, John McCain fue un importante promotor de la legalización de los migrantes y pugnó porque alcanzaran la ciudadanía. Sin embargo, a últimas fechas ha dejado a un lado esta posición privilegiando la de endurecer la seguridad en las fronteras. Él es senador del estado de Arizona, uno de los fronterizos con México y donde se han implementado las leyes locales más duras contra inmigrantes.
Barak Obama es senador de Illinois y trabajó en Chicago, el segundo estado norteamericano con mayor presencia de mexicanos. Él ha planteado la necesidad de sacar a los cerca de 12 millones de indocumentados de las sombras para evitar crear "un clase de sirvientes" en el país y combatir a los que abusan de los indocumentados. Reconoce que violaron la ley, y deberían pagar una multa y aprender inglés e ir para el final de la fila (para sacar documentos). Así es como los pondremos en el camino de la ciudadanía, dijo.
43 millones de hispanos hacen de la comunidad latina la primera minoría en EU (15.5% del total de habitantes), pero los votantes hispanos potenciales sólo son el 8.9 por ciento del electorado estadounidense, que significa 9.2 millones de votos.
En las 10 semanas que restan para las elecciones, Barak Obama tiene el reto de concretar su mensaje de cambio como empezó a esbozarlo en la Convención Demócrata de la semana pasada, de esta forma podrá contrarrestar las críticas que lo consideran un fenómeno mediático pero no un buen gobernante. Algo similar sucedió con Vicente Fox en México, prometía un cambio luego de 70 años de un mismo partido pero la clase política lo veía poco serio y preparado para la posición a pesar de que había sido legislador y gobernador.
En el caso de McCain quien durante esta semana estará en los reflectores por la Convención Republicana, tiene el reto de deslindarse de los graves errores de Bush y de aguantar el vendaval que surgió por las revelaciones del pasado en la vida de su compañera de formula (uso de drogas, hija adolecente embarazada y actividades políticas no convencionales) al tiempo de mantener las preferencias entre los republicanos norteamericanos capitalizando su experiencia política.
La guerra de encuestas ha comenzado: según el NYT, a finales de febrero Obama tenía 12 puntos de ventaja sobre Mc Cain (50 a 38%) y en la ultima semana de agosto la diferencia era de solamente 3 puntos 45% versus 42%.
El 2 de septiembre Gallup dio a conocer una encuesta donde Obama lleva seis puntos de ventaja sobre McCain (49 - 43), en caída respecto de la encuesta previa, que lo ponía ocho puntos arriba (50-42) y sin reflejar aún el impacto de la Convención Republicana.
No hay que olvidar que para llegar a la presidencia de Estados Unidos, no basta el clamor popular ni los votos ciudadanos, sus sistema electoral es por voto indirecto, de manera que el ganador tiene que conseguir más votos del colegio electoral, que no necesariamente se consiguen con mas votos populares.
El 4 de noviembre de este año, nuestros vecinos del norte elegirán al que será el 44 presidente de la Unión Americana. Su resultado repercutirá tanto en nuestros paisanos migrantes como en la relación bilateral con México.
Comentariosmailto:Comentariosdiazgarcia2020@gmail.com
*Diputado Federal por el Partido Acción Nacional
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