Por José Antonio Díaz García*
“Celebramos” otro año más del día del maestro…sin clases. Qué costumbre la nuestra de festejar a diestra y siniestra dejando de hacer la tarea que origina el reconocimiento. El día del trabajo, no se trabaja, el día del maestro, no se acude a la escuela, el día del albañil no se construye.
Es cierto que México es fiestero desde sus orígenes prehispánicos. También es válido reconocer las profesiones, oficios y fechas históricas, pero más allá de la algarabía, ¿dónde queda la reflexión y la medición de los resultados, la capacitación y la responsabilidad de los aplaudidos gremios?
¿Qué significa el 15 de mayo para estos hombres y mujeres que eligieron dedicarse a la difícil tarea de enseñar pero también de educar a las jóvenes generaciones?
Para muchos profesores debe ser una fecha relevante porque les realiza, pero esta satisfacción no basta cuando los bajos salarios magisteriales y el corporativismo caciquil del sindicato que los agrupa, desalienta la profesionalización de su tarea. Seguimos viendo cómo se descalifican las evaluaciones nacionales de alumnos y maestros para situar la realidad educativa de México, que recurrentemente aparece en los últimos lugares en comparativos internacionales.
Mientras hay docentes que a pesar de los pocos recursos motivan a sus alumnos a aprender y a los padres a dejarlos estudiar sin obligarlos a trabajar desde corta edad, hay otros que solapan la compra de exámenes y las aprobaciones de año. Mientras muchas escuelas cuentan con tecnología de punta, conexión a internet y pizarrones electrónicos, se suspenden clases sin pudor, perdiendo para siempre, miserablemente, la oportunidad que nos brinda el tiempo para que nuestros hijos, niñas y niños aprendan.
Periódicos poblanos dieron a conocer que más de 100 instituciones educativas, públicas y privadas, serían sancionadas por suspender clases el pasado viernes 16 de mayo, obviamente para sumarlo al jueves 15 y hacer puente. Sin embargo, el acuerdo de fechas no laborables entre la Secretaría de Educación Pública estatal (SEP) y los dos sindicatos el Estatal de Trabajadores de la Educación de Puebla (SETEP) y el de las mismas siglas pero autoproclamado Independiente (SETEPI), ya era cuestionable. Según Darío Carmona, titular de la SEP, decidieron suspender clases el 9 de mayo para festejar a la madre trabajadora, el 14 a fin de celebrar al magisterio estatal agrupado en la sección 51 y el jueves 15 por ser el mero día del mentor, es decir, 3 días en una semana.
Datos de la SEP arrojan que hay más de 10 mil escuelas públicas y cerca de 2 mil privadas en la entidad, así como 10 mil maestros afiliados a los sindicatos mencionados. ¿Cuántas horas hombre se desperdiciaron en estos días laborables sin actividad? ¿Cuántas horas de estudio se perdieron inexorablemente para nuestros niños y jóvenes que nunca, nunca más podrán recuperar?
Resulta ridículo, suspender clases 3 días en una semana habiendo tanto que trabajar con los alumnos. Y no me refiero únicamente a cumplir el programa y el temario oficial, sino a tantas habilidades y capacidades que infantes y jóvenes pueden aprender en el ámbito escolar. Habilidades como el trabajo en equipo, el desarrollo de la capacidad crítica y propositiva, saber llegar a acuerdos en situaciones a su nivel, tener iniciativa, creatividad, valores humanos, civismo y claro aprender bien, pero muy bien matemáticas y español, herramientas básicas del conocimiento.
Ya desde 1990 la Declaración Mundial sobre Educación para Todos de la UNESCO definía las habilidades y alcances de la educación: Las necesidades básicas de educación comprenden tanto las herramientas esenciales para el aprendizaje (lectura, escritura, expresión oral, aritmética, resolución de problemas) como los contenidos básicos del aprendizaje (conocimientos teóricos y prácticos, valores y actitudes) requeridos para que los seres humanos sean capaces de sobrevivir, desarrollen sus capacidades, vivan y trabajen con dignidad, participen plenamente en el desarrollo, mejoren la calidad de sus vidas, tomen decisiones fundamentadas y continúen aprendiendo…”
No podemos seguir quejándonos de la cantidad de Mexicanos que tienen que salir del país a buscar oportunidades de empleo porque aquí no las hay, no podemos pedir que haya mas empleos y mejor pagados cuando nuestro nivel educativo no es el adecuado para acceder a mejores posiciones de responsabilidad y de remuneración; la clave está en la educación, exijamos que no se pierdan tantos días, ¡menos festejos y más clases!
Las excepciones siempre confirman las reglas. A todos los buenos maestros, (que hay muchos) forjadores de tantas generaciones que han dado generosamente parte importante de su vida a la labor tan noble del magisterio, nuestro reconocimiento, admiración y gratitud.
Termino con una reflexión del filósofo y matemático griego Pitágoras: “educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”.
Comentarios: diazgarcia2020@gmail.com
*Diputado Federal del Partido Acción Nacional
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