Nos va como en feria

Por José Antonio Díaz García *

La Feria de Puebla comenzó y los oscuros juegos del gobierno estatal en las decisiones para la edición 37, dejan una sombra en este importante evento anual.

El parque ecológico Revolución Mexicana alberga ya la exposición que durará del 30 de abril al 31 de mayo. El 10 por ciento de su extensión total permanece ocupada y abarca 6 hectáreas de un parque que, desde hace varias generaciones, los poblanos habíamos rescatado para esparcimiento y deporte siendo la más importante área verde dentro de la ciudad.

De acuerdo a notas periodísticas, este año el gobierno de Mario Marín, destinó a la feria 30 millones de pesos de presupuesto, 4 millones más que el año anterior. Por cierto asignado el contrato directamente a la empresa Alfa, cuestión que no es de extrañar pues en el gobierno estatal lo sorprendente sería ver licitaciones abiertas. Prevé 2 millones de pesos de utilidades, 1.5 millones de visitantes y la generación de 5 mil empleos directos.

Sin embargo surgen varias preguntas: ¿Por qué cambiar la Feria de sede y construir un nuevo centro de exposiciones? ¿Por qué el gobierno estatal desapareció al Comité de Feria? ¿Por qué instalar la tradicional feria poblana en el parque ecológico?

La ambientalista Verónica Mastretta denunció que con la celebración de la Feria de Puebla en este pulmón de la ciudad, se talarán seis hectáreas de áreas verdes y criticó el mal estado en el que se encuentra el parque, el cual estuvo a su resguardo en la época de los 90. Al respecto el gobierno prometió dedicar lo recaudado durante la feria a su rehabilitación, es decir arreglarlo a billetazos. Los vecinos de la zona dudan que sea cierto y además recuerdan lo tardado y difícil que ha sido ver como los árboles que se plantaron llegan a su madurez.



Por otro lado, con el argumento del adelgazamiento en la estructura burocrática el gobierno estatal determinó la desaparición del Comité de Feria, sin embargo, habrá que preguntarse dónde quedará la representación ciudadana o las voces que vigilen el manejo de recursos para evitar lo que hemos advertido en otros artículos semanales: erogaciones y asignaciones directas sin mayor explicación y la falta de transparencia en la aplicación de los recursos públicos estatales. La desaparición del comité ciudadano de la feria se percibe como un acto autoritario más del gobierno marinista que no tolera la crítica ni escucha otras voces que las de sus incondicionales.

Eduardo García Suárez, constructor poblano, denunció que Javier García Ramírez, secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (SDUOP), amañó la licitación de lo que llamó el mega proyecto marinista, es decir el nuevo Centro Expositor, al establecer una cláusula que imposibilita a las constructoras locales para realizar la construcción, debido a que se les requiere un capital contable de 250 millones de pesos.

Por su parte Juan José Rodríguez Posada, ex presidente en Puebla del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), criticó la falta de claridad en los acuerdos que el Gobierno estatal está teniendo con la Messe de Frankfurt, empresa alemana a la que se asignó la construcción de lo que será el nuevo recinto ferial, por lo que exigió que se abra una licitación para que una vez terminado el inmueble, se elija la mejor opción para administrarlo.

Aquí cabe mencionar que el gobierno de Marín primero quiso conseguir recursos federales para su oscuro proyecto ferial; para el presupuesto de egresos de la federación 2007, solicitó más de 500 millones de pesos sin proyecto ejecutivo y sin validación de Hacienda, –condición necesaria para obtener recursos- entre lo solicitado figuraba un estacionamiento por 200 millones de pesos, un acuario de 20 millones y una plaza de toros de 30 millones de pesos. Los diputados federales no le autorizamos ni un centavo para esa obra.

El secretario de Desarrollo Económico, José Antonio López Malo, apuntó que el dinero que se utilizará en la construcción de la obra, saldrá directamente de la Secretaría de Finanzas que se encargará de subsidiar las fiestas de mayo ya que el ex comité no heredó partida alguna a la comisión organizadora, sólo algunos activos fijos como mobiliario de oficina, automóviles y equipo de cómputo que fueron integrados al patrimonio del gobierno del estado. El dinero en efectivo se utilizó para liquidar a los trabajadores del mismo comité, algunos de los cuales tenían hasta 18 años de antigüedad.



¿Para qué construir otro Centro Expositor? ¿Será porque manteniendo activa la industria de la construcción se favorece la economía del estado o quizá porque en este tipo de macro obras algunos “funcionarios” engordan sus propios bolsillos?

La duda cabe porque la opacidad en las cuentas del estado de Puebla es una realidad que llegó para quedarse. La Ley de Transparencia entró en vigor en 2003 y a casi 5 años el gobierno del estado evade rendir cuentas claras sobre muchos temas y la Comisión para el Acceso a la Información Pública (CAIP) se encuentra en entredicho por su oscura e ilegítima conformación.

En una reciente visita a nuestra entidad, el Comisionado Presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) Alfonso Lujambio, señaló que varios gobiernos estatales han firmado convenios con el IFAI para implementar el Infomex, un nuevo sistema que permitirá facilitar a los ciudadanos las solicitudes de información y los recursos de revisión ante inconformidad en las respuestas recibidas. Y para variar, Puebla no está entre las entidades que lo han implementado.

¿Para qué aspirar a tener un Centro Expositor de primer mundo si en lo fundamental como la transparencia, los servicios básicos, el combate a la pobreza y la seguridad de los ciudadanos Puebla sigue rezagada?

La constante del gobierno estatal es la misma, falta de transparencia en la asignación de obras, y prioridades equivocadas para el uso de los recursos públicos. Marín y sus muchachos están muy contentos mientras a los poblanos nos va como en feria.



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*Diputado Federal del Partido Acción Nacional